martes, 16 de abril de 2013

Guerra Fría y el Mundo Bipolar V

Etapa V

La segunda Guerra Fría

Gobierno de Reagan y la "Guerra de las Galaxias"


Cuando Reagan llegó al poder existía al interior de la sociedad estadounidense un sentimiento de frustración. La desafortunada administración demócrata de Jimmy Carter (1977-1981) había generado un descontento generalizado por varios motivos, entre los que se destacan la recesión económica, el fracaso en Vietnam y la crisis de los rehenes en Irán.

En política internacional, Estados Unidos volvió a tomar el papel de superpotencia a través de un discurso abiertamente anticomunista y confrontacional con la Unión Soviética, a quien el mismo Reagan denominaba como "el Imperio del Mal". Esta estrategia consistió en un incremento de los gastos en defensa, tendiente a crear un sistema de escudo antimisiles, conocido como Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI), llamada también "Guerra de las Galaxias" y que buscaba proteger a Estados Unidos de cualquier ataque nuclear soviético, empleando un sistema defensivo terrestre y espacial.

La política militar de Reagan reafirmó el rol hegemónico de Estados Unidos al interior de la OTAN y dio ventaja política al interior de su país frente a grupos que criticaban su gestión, como el movimiento pacifista. Reagan afirmaba que la SDI era una medida defensiva, orientada a la seguridad de la paz mundial.

La SDI generó un gran impacto en la dirigencia soviética, ya que se llegó a la conclusión de que Estados Unidos poseía la capacidad suficiente para realizar un ataque masivo contra la Unión Soviética. Ante esta situación, durante los primeros años de la década de 1980 aumentó la tensión entre ambas superpotencias, agravada por diversos incidentes, como el derribo de un avión comercial surcoreano en territorio soviético (1983).

Reagan efectuó los más grandes recortes en programas nacionales, relegando la asistencia social al último lugar. El gobierno supuso que esta política iba a estimular la economía e incrementaría los ingresos federales, pero la crisis del petróleo de 1980 agravó la situación económica y se mantuvo la recesión hasta 1984, año en que se inicia la reactivación económica, motivo por el cual Reagan fue reelegido de manera arrolladora.

Pero la recuperación se debió especialmente al aumento del presupuesto militar para costear la SDI, lo que generó un déficit de las finanzas públicas: Estados Unidos dejaba de ser un país acreedor, pasando a ser el principal deudor mundial. Además, las políticas neoliberales de Reagan permitieron la penetración de productos industriales europeos y japoneses al mercado interno, provocando una fuerte competencia con la industria local.

Las medidas económicas implementadas por los republicanos fueron apoyadas por la población, pero a costa de perder sus derechos y servicios que el Estado Benefactor les había otorgado por años. Los logros económicos de la administración Reagan fueron el aumento del empleo y los salarios, junto con la disminución de la inflación en un 3% durante gran parte de la década de 1980. No obstante, los costos fueron el aumento de la desigualdad social, debido a la disminución de los impuestos, que beneficiaron a los más ricos.



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Doctrina adoptó Reagan con países del tercer mundo


Mientras tanto, Estados Unidos también realizó intervenciones militares en diversos países: en 1983, intervino en la isla caribeña de Granada para derrocar a un gobierno pro comunista. Sin embargo, en otras regiones, la intervención fue débil, como en Líbano (1982-1984), donde las fuerzas estadounidenses fueron retiradas después de sufrir fuertes bajas y fracasando en su misión de restablecer la paz en la zona.

Por otra parte, para evitar el empleo directo de fuerzas estadounidenses, se desarrolló la Doctrina Reagan destinada a aumentar la presión sobre países donde triunfaron movimientos revolucionarios, buscando reducir los vínculos con la URSS y aumentar su influencia. Un instrumento de esta política fue el apoyo a movimientos insurgentes contrarrevolucionarios, como la Contra nicaragüense, la UNITA de Angola, los mujahidines de Afganistán y las guerrillas camboyanas.

El fin de la administración Reagan se ve ensombrecida por el escándalo Irán-Contras: la venta secreta de armas al régimen fundamentalista iraní, enemigo formal de Estados Unidos, para financiar las actividades de la contrainsurgencia nicaragüense (los Contras). El principal responsable de esta transacción fue el teniente coronel Oliver North, asistente militar del Consejo de Seguridad Nacional.

Cuando Reagan abandona la Casa Blanca en 1989, Estados Unidos ya se había impuesto sobre la URSS, pero con un altísimo costo: una nación que en su momento tuvo el nivel de vida más alto del mundo descubrió la pobreza al interior de su sociedad y tomó conciencia  de su dependencia con respecto al petróleo. Para 1989 Estados Unidos ya había caído al quinto lugar en ingreso per cápita entre los países occidentales, y ocupaba el 12° lugar en tasa de salud pública. Estados Unidos era todavía la nación dominante en el mundo, sin embargo, a nivel de indicadores económicos y sociales, la era Reagan la había relegado a una situación marginal.




Bloque Soviético hacia un nuevo liderazgo


Al llegar al poder, Mijaíl Gorbachov anunció que su principal objetivo eran las reformas. Apareció un nuevo concepto: la perestroika. El término, que literalmente significa “reconstrucción”, correspondía a la estrategia de reorganizar y modernizar tanto la esfera económica como política.

En el sector económico, la perestroika suponía introducir en la URSS varios elementos de la economía de mercado: independencia comercial y autogestión financiera para manufacturas, aparición de cooperativas, antecedentes de empresas privadas y la anulación de restricciones para las operaciones con divisas. Por primera vez desde la Nueva Política Económica (NEP) de los años 20 se autoriza en el país la iniciativa privada. Surgen restaurantes, tiendas y otros negocios particulares, al mismo tiempo que comienza la reestructuración de la mayor parte de las empresas públicas (previamente el Estado socialista controlaba la economía a través de la centralización determinando la asignación de recursos y los precios, por lo que casi todas las empresas eran de propiedad estatal).

En el sector político, la perestroika trajo consigo un segundo concepto, glásnost, es decir, transparencia y libertad de expresión. Con esta medida, Gorbachov deseaba dar más libertad al pueblo. Se liberó a presos políticos y se permitieron las manifestaciones de protesta en las calles. Fue suavizada la censura, es decir, se redujo el control del Partido Comunista sobre los medios de comunicación y la producción artística. Fue un cambio radical puesto que el régimen soviético se basaba en el control sobre las publicaciones y los discursos. La prensa independiente comenzó a aparecer en la escena informativa. Durante el mandato de Gorbachov, la URSS y los Estados Unidos realizaron varias teleconferencias. En 1988 la Unión Soviética puso fin al bloqueo de programas de estaciones de radio occidentales.

En política exterior, Gorbachov tendía a la negociación de la reducción de armamento y a la pacificación de las relaciones internacionales, retirando las tropas soviéticas en Afganistán y recibiendo en Moscú al presidente estadounidense Ronald Reagan.
Tras ser elegido presidente del Soviet Supremo, Gorbachov aceleró el programa de reformas políticas. Fue elegido jefe del Estado (1989) y primer presidente de la Unión Soviética por el congreso (1990). Se redujo el interés de la URSS por los países socialistas del Tercer Mundo, y se inició una predilección por los países occidentales y por la democracia a la que costó mucho adaptarse. Los derechos humanos se reconocieron en diciembre de 1988, acabando con los principios de Stalin y del marxismo-leninismo que hasta entonces habían constituido la ideología del partido comunista.
La reforma, aplicada con mayor fuerza sobre todo a partir de 1987, alcanzaba todas las áreas del sistema soviético: la ciencia, la tecnología, la reorganización de la estructura económica y los cambios en la política de inversiones. Para ello se trató de hacer un mejor uso de los medios económicos de que se disponía. La reforma supuso el saneamiento de una burocracia ineficaz y con ello pretendía implicar más al conjunto de ciudadanos en la tarea de reconstruir su economía.

La perestroika iba complementada por la glásnost, una política de apertura hacia los medios de comunicación, con transparencia informativa, permitiendo la libertad de expresión y de opinión, al contrario que en la etapa anterior, caracterizada por la represión hacia los contrarios al sistema. De esta manera, por primera vez, el gobierno soviético permitía una cierta autocrítica y reconocía sus defectos, lo que contribuyó a resolverlos con mayor rapidez. Esto fue generando una confrontación política encabezada por las críticas de Borís Yeltsin, que fue apartado en 1987 a pesar de que contaba con el apoyo popular. En junio de 1988 se celebraron elecciones democráticas que no dieron al PCUS todos los puestos en el gobierno, sino que se formó una minoría de reformadores entre los que se encontraba Yeltsin. A finales de 1990 ya existía una verdadera división en el Congreso, con unos 18 grupos políticos, de los que el más importante era el comunista, seguido del conservador Soyuz.


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Fuentes:
http://historiabarriga.blogspot.mx/2011/02/la-era-reagan-el-breve-esplendor-del.html
http://rusopedia.rt.com/personalidades/politicos/issue_138.html

1 comentario:

  1. Andrea muy completa tu entrega de la etapa V. Todo completo y con muy buenos apoyos visuales.

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